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CUARESMA Y RECURSOS



Cuaresma: un tiempo de preparación intensiva a la Pascua; es un itinerario que lleva al cristiano a celebrar y vivir la Pascua del Señor.
No se trata de una celebración independiente, sino que se ordena a la preparación de la celebración de la Pascua. La Cuaresma hay que verla a la luz del Misterio Pascual.
Es tiempo fuerte de evangelización para llevar al Bautismo a los no cristianos y a la superación evangélica a los bautizados.
Son cuarenta días, recordando los muchos acontecimientos bíblicos que nos hablan de este número: los cuarenta días de ayuno de Jesús en el desierto; los cuarenta años que el Pueblo de Dios pasó en el desierto; los cuarenta días que Moisés transcurrió en el Monte Sinaí; los cuarenta días de marcha de Elías para llegar al Monte Horeb.
Se cuentan a partir del Miércoles de Ceniza hasta antes de la Misa vespertina del Jueves Santo. Durante este tiempo no se canta el Aleluya ni el Gloria en las Misas. Se dividen en 1° al 5° Domingo de Cuaresma y el 6° se llama Domingo de Ramos o de la Pasión del Señor.
Los ornamentos del altar y la vestidura del sacerdote son color morado. 

Historia y finalidad

En las primeras comunidades cristianas la preparación prebautismal (catecumenal), era intensiva y se dirigía también a los otros sacramentos de iniciación -Confirmación y Eucaristía-, que se acostumbraba recibir durante la Vigilia Pascual. Esa preparación pretendía todo un proceso de transformación integral y profunda de la persona a la luz de la palabra de Dios. Era durante el tiempo anterior a la celebración de la Pascua que se inscribían y seleccionaban los candidatos a recibir el Bautismo, que habían estado estudiando ya fuertemente la doctrina cristiana y que se sometían a escrutinios para purificarse y protegerse contra las tentaciones y para rectificar la intención y mover la voluntad. Con estos fines el sacerdote oraba sobre los catecúmenos*.
(*) Se les llama catecúmenos a las personas que están recibiendo preparación para recibir el bautismo y la confirmación.
La disciplina penitencial, se ejercía, naturalmente para los bautizados. Se trataba, en la mayoría de los casos de una disciplina muy rigurosa que se imponía a los que habían caído en pecado, con el fin de recuperarlos, mediante actos de purificación, que los preparaban a la reconciliación con Dios y con la Iglesia.
El Miércoles de Ceniza, señalaba el inicio de la penitencia pública correspondiente a cada tipo de pecado, la penitencia continuaba por cuarenta días y consistía en ayunos, abstinencias, limosnas, hábito penitencial.
Se pedía mayor oración, sacrificios y ejercicio de la caridad. Igual que hoy, el tiempo de la Cuaresma era un tiempo fuerte de oración, penitencia y ayuno.
Hoy, la Cuaresma es básicamente lo mismo, sólo se ha profundizado más en su sentido. La Cuaresma se ve como un camino que conduce a la Pascua, a través de:
·                 Un llamado a la conversión, que llena el espacio de las primeras dos semanas, en las que las lecturas dominicales propician la respuesta del hombre, para que revise su vida y busque la forma de cambiarla, viviendo según el criterio del Evangelio de Cristo.
·                 Nos invita a profundizar nuestra fe, escuchando la Palabra de Dios. Es tiempo privilegiado para la instrucción de los cristianos, mediante la meditación, ejercicios espirituales y cursos especiales de evangelización. En nuestra parroquia se ofrecen varias tandas de Ejercicios Espirituales de acuerdo a la edad y situación de las personas, te invitamos a checar el calendario.
·                 Nos invita a una particular purificación e iluminación, mediante la práctica del sacramento de la Reconciliación (Confesión) y la mayor frecuencia al sacramento de la Eucaristía.
Miércoles de Ceniza  

Marca el inicio de la semana santa. Los católicos tenemos una tradición que recuerda las antiguas costumbres del pueblo hebreo. Cuando se sabían en pecado o cuando se querían preparar para una fiesta importante en la que debían de estar purificados, se llenaban el cuerpo de ceniza y se vestían con un saco de tela áspera. Esto era, por un lado, para recordar la pequeñez del hombre que procede del polvo y al polvo volverá; y también para hacer sacrificio (mortificando al cuerpo) en señal de que se reconocían pecadores y que deseaban, por medio de esa penitencia externa, manifestar su deseo de arrepentimiento y perdón de parte de Dios.

Ahora, acudimos al templo para que se nos imponga un poco de ceniza en la frente al iniciar la cuaresma -tiempo de preparación para la más grande fiesta que es la Pascua- . Los significados son básicamente los mismos: reconocernos pequeños, pecadores y con necesidad del perdón de Dios. Esto es solamente un signo que debe expresar lo más importante, que es la actitud interior de arrepentimiento y deseo de convertirnos a Dios, viviendo según su voluntad. Vivimos otros signos de penitencia a lo largo de toda la cuaresma, como son el ayuno y la abstinencia, con el mismo deseo de que Dios nos dé su gracia para lograr la conversión y vivir plenamente la gran fiesta de los cristianos, que es la Pascua.
El Miércoles de Ceniza es un llamado a la conversión; Juan Bautista predicaba al Pueblo, hablando del bautismo y de la conversión para alcanzar el Perdón de los pecados (Marcos 1, 1-4). Jesús predica: El plazo se ha cumplido. El Reino de Dios se ha acercado. Tomen otro camino y crean en la Buena Nueva (Marcos 1,15).
Conviértete y cree en el Evangelio: llamado a convertirnos cada uno, a nivel familiar, a nivel de grupo de amigos, a nivel de comunidad.
La Celebración de la Ceniza, no es algo meramente individual, sino que es una celebración comunitaria y eclesial. Es un llamado a convertirnos como Comunidad cristiana y como Iglesia.
Convertirse es volverse a Dios, reconocer nuestros pecados y querer cumplir la Voluntad de Dios y comprometernos.
El Miércoles de Ceniza es una celebración de Fe. Pero la Fe no solamente consiste en creer con la cabeza sino en entregarse con el corazón y con la vida.
 Normas sobre el ayuno y la abstinencia
Originalmente, ayunar se refiere a no comer alimentos sólidos, ordinariamente se prescribe el ayuno para un día completo y la abstinencia se refiere a dejar de comer cualquier tipo de carnes.
1.              El Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo, son días de ayuno y abstinencia.
2.              Todos los viernes de Cuaresma son días de abstinencia de carne. Pero el Episcopado Mexicano ha dispuesto que: "se puede suplir la abstinencia de carne, excepto la del Miércoles de Ceniza y Viernes Santo, por:
a) la abstinencia de aquellos alimentos que para cada uno significa especial agrado, sea por la materia o por el modo de preparación;
b) o por una especial obra de caridad;
3.             
c) o por una especial obra de piedad;
4.             
d) o por otro significativo sacrificio voluntario"
5.              Sujeto de la ley del ayuno y la abstinencia:

- Abstinencia de carne: todos los que han cumplido 14 años. La ancianidad, por sí sola, no exime de esta ley de abstinencia.

- Ayuno: todos los que han cumplido 18 años, hasta el comienzo de los sesenta.
Lo más importante al hacer este tipo de prácticas es darle su sentido verdadero: por una parte someter la voluntad para fortalecerla con virtudes como la templanza, la sobriedad y la humildad y por otra, favorecer el ejercicio de la caridad, pues todos los sacrificios que se hacen deben apuntar a hacer un bien o un servicio al prójimo y a toda la Iglesia. Hacer sacrificios y penitencia por costumbre o porque todos lo hacen, no tiene sentido y no favorecen el crecimiento del hombre, que en conclusión es lo que se pretende.
Semana Santa: Domingo de ramos
Con el Domingo de Ramos se inicia la Semana Mayor. En este día la Iglesia hace memoria de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, para llevar a cabo su misterio Pascual. En la liturgia se nos presentan los dos aspectos fundamentales de la Pascua:
·                 La entrada triunfal de Jesús a Jerusalén como anuncio e imagen del triunfo de su Resurrección.
·                 El recuerdo de su Pasión (el evangelio), que marcará la liberación de la humanidad del pecado y de la muerte.
Las lecturas bíblicas nos invitan a vivir en ese día los acontecimientos de entonces: aceptar a Cristo como el Señor y entrar vivencialmente al drama de la pasión.
 Lunes a Miércoles Santo
   Son días propicios para la reflexión profunda, la Iglesia nos invita como en una "última llamada" a acercarnos al Sacramento de la Confesión con el fin de estar preparados para vivir la vigilia pascual y el gran acontecimiento de la Pascua. El cristiano debidamente preparado estará en gracia de Dios para participar con toda la Iglesia del gran banquete de la Eucaristía en la Misa más importante del año.
 Jueves Santo
Hay dos celebraciones importantes:
·                 La Misa Crismal: se celebra durante la mañana en la Catedral. Todos los presbíteros (sacerdotes) de la diócesis se unen al Obispo que preside la celebración eucarística y bendice los Santos Oleos (aceites o crismas) que se usan en los sacramentos durante todo el año. Esta celebración es como una fiesta de todos los sacerdotes, que se alegran por su propia consagración y que ven en Cristo, cuyo nombre significa consagrado por medio de la unción, su modelo y su guía. Durante esta Misa se hace la renovación de las promesas sacerdotales, para renovar su compromiso de fidelidad para el servicio del Pueblo de Dios. Los Oleos que se bendicen son: el Oleo de los Catecúmenos con el que los cristianos reciben su primera unción en el Bautismo; el Oleo de los Enfermos, para el sacramento de la Unción; y el Santo Crisma, utilizado también en el Bautismo, en la Confirmación y en la unción en el Orden Sacerdotal.
·                 La Misa Vespertina: con la que se inicia el Triduo Pascual (se le llama víspera). En esta misa se celebra la Institución de la Eucaristía, del Sacerdocio y el Mandato del Señor sobre la caridad fraterna. Es la conmemoración solemne de la "Ultima Cena" de Jesús con sus Apóstoles, cuando Jesús:
o               "Da instrucciones" de cómo los cristianos hemos de recordar y actualizar su Sacrificio -la Eucaristía- "…hagan esto en memoria mía.." (Lc 22, 18-19)
o               Instituye formalmente el Ministerio de los Sacerdotes y pide por la unidad de su Iglesia "…que todos sean uno…" "Así como tú me enviaste al mundo, así yo también los envío al mundo….." (Jn 17, 11. 18)
o               Habla de lo más importante de la vida del cristiano: el amor "Ley doy este mandamiento nuevo. Que se amen unos a otros… como yo los he amado". (Jn 13,34.35)
 Viernes Santo
Es el primer día del Triduo Pascual. La Iglesia no celebra un funeral, sino la muerte victoriosa del Señor. Es un día de amorosa contemplación del Sacrificio de Cristo.
Es el único día del año en el que no se celebra la Eucaristía, es decir, no hay Misa, ni Consagración del pan y el vino, recordando que en estos días (viernes y sábado) los Apóstoles estuvieron escondidos y sumergidos en la tristeza por miedo a los judíos y por la pena de ver preso y condenado a su Maestro. Hay, sin embargo, celebraciones solemnes que convocan a todos los fieles para:
·                 La Liturgia de la Palabra. Son lecturas Bíblicas del profeta Isaías (Antiguo Testamento), que anuncia detallando de manera sorprendente la pasión del Mesías, y del Nuevo Testamento, el relato de la Pasión de Cristo narrada por San Juan y de la exaltación de Jesús Crucificado como "sumo sacerdote que penetró en los cielos" (Hb 4, 14). En estas lecturas se subraya el aspecto glorioso de la Pasión, para manifestar a Cristo como Rey y como Dios. Se concluye con una solemne oración de los fieles por las grandes intenciones de la Iglesia y del mundo, poniéndolas al pie de la Cruz, sobre la cual muere Cristo por todos los hombres.
·                 La Adoración de la Cruz. Es más bien la Adoración de la persona de Cristo Crucificado y el misterio significado por esta muerte por todos los hombres. No es el material de la cruz, sino lo que la cruz significa para nosotros lo que los cristianos adoramos. La Iglesia levanta el signo de la victoria del Señor para manifestar el cumplimiento de lo que Jesús había dicho: "Y yo cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí" (Jn 12,32). Al contemplar a Cristo Crucificado, vienen a la mente sus palabras. "Nadie tiene mayor amor, que el que da su vida por sus amigos" (Jn 15,13).
·                 La Comunión. Aunque durante el viernes y sábado santos no se celebra ningún sacramento, se reparte entre los fieles la comunión, consagrada desde el día anterior, para permitir una mayor unión con el Cristo que nos salva con su muerte.
 Sábado Santo
Durante este día la Iglesia está en actitud de silencio, propicio para la reflexión y oración, esperando la hora de la víspera para dar inicio a la Vigilia Pascual esa noche.
VIGILIA PASCUAL
Es la celebración central de todo el año litúrgico, ocurre al caer el sol del Sábado Santo.
Es la "noche santa" en la que la Iglesia celebra, en la forma más expresiva, la obra de la redención como memoria, presencia y espera.
Los cristianos recordamos la noche en la cual Cristo sale de la tumba, victorioso de la muerte y esta memoria se hace realidad, porque sabemos que el mismo Cristo resucitado está presente en la comunidad que celebra el gran acontecimiento.
Lo llamamos "vigilia", por la actitud de espera que debe tener el cristiano, según la invitación del evangelio: "Tengan la ropa puesta y mantengan encendidas sus lámparas. Estén como hombres que esperan que su patrón regrese de un casamiento para abrirle la puerta. Dichosos los siervos que el Señor a venir, encuentre despiertos…" (Lc 12, 35-37)
Para todo cristiano este velar adquiere el valor simbólico de la espera de la venida del Señor. Así la Vigilia Pascual se convierte en programa de vida: estar siempre alertas y preparados para nuestro encuentro final con el Señor.
 Símbolos y ritos de la celebración  
·                 BENDICIÓN DEL FUEGO
Es el inicio de la vigilia. Habla del paso de las tinieblas a la luz, de la noche al día. Las tinieblas simbolizan el pecado y la muerte; y la luz simboliza a Cristo Resucitado.
 ·                 CIRIO PASCUAL.
Se enciende el Cirio Pascual, que simboliza a Cristo resucitado y se reparte su fuego para encender las velas que todos los fieles llevan a la celebración, significando que Cristo, "Luz del Mundo", ilumina la vida de los hombres con su Resurrección. Se coloca al frente, en el presbiterio, desde donde domina toda la asamblea.
·                 PROCESIÓN
Consiste en entrar al templo o lugar de la celebración, precedidos por el Sacerdote que lleva el Cirio Pascual en Alto, significa que somos el Nuevo Pueblo de Dios, nacido de la Pascua; peregrinos seguimos a Cristo Resucitado, nuestro Jefe y Luz del Mundo a través del desierto de esta vida hacia la Patria Celestial.
·                 LITURGIA DE LA PALABRA
 El símbolo de la luz del cirio cede el lugar a la realidad de Cristo, luz del mundo, presente en su Palabra, proclamada en esta noche. En ninguna otra celebración hay tantos textos como en esta. Son nueve lecturas que presentan en síntesis la Historia de la Salvación. Las lecturas se hacen a manera de diálogo entre Dios y la comunidad, cada una está precedida de momentos de silencio, aclamaciones y cantos de salmos. Las siete primeras lecturas se hacen del Antiguo Testamento, para admirar la obra de la Creación (Génesis); recordar los prodigios que hizo Dios con Israel su Pueblo (Éxodo); leer a los profetas que anunciaron la Salvación que Dios realizaría para todos los hombres; las siguientes dos lecturas son, una de San Pablo que anuncia a la nueva Iglesia que Cristo resucitado de entre los muertos, ya no muere más y la más importante, el Evangelio, que narra la Resurrección del Señor.
·                 LITURGIA BAUTISMAL
Momento en que se bendice el agua bautismal, se celebra el Bautismo a quienes se hayan preparado para ingresar en la comunidad cristiana y se renuevan las promesas bautismales por parte de todos los presentes.
·                 LITURGIA EUCARÍSTICA
 Como en todas las Celebraciones Eucarísticas (Misas), se prepara el altar con los dones del pan y el vino, para hacer presente la Pascua de Cristo, como Él nos lo enseñó. La celebración eucarística es el centro de toda la vigilia. La palabra eucaristía, significa "acción de gracias". En esta noche pascual, la Iglesia celebra su acción de gracias a Padre por habernos dado a su Hijo muerto y resucitado. En esta noche se comprende más que nunca el porqué los primeros cristianos llamaron Eucaristía a la Cena del Señor. Este es el momento en que nació la verdadera Eucaristía: ¡La Pascua!. Por esto, el Misterio de la Noche Pascual culmina en la Eucaristía, que ya no la ofrece Cristo solo, sino en compañía de su Iglesia.
 Domingo de resurrección 
  Hoy se celebra el acontecimiento pascual como "El Día del Señor". Este es el Domingo que da sentido a todos los domingos del año. Es el día del triunfo del Señor.
El Cirio Pascual está colocado al frente, cerca del altar, encendido durante todas las celebraciones litúrgicas del tiempo pascual hasta Pentecostés, simbolizando que Cristo Resucitado está presente, presidiendo todas las acciones litúrgicas de su Iglesia.
Las lecturas bíblicas de este día contienen lo que llamamos el Kerigma, es decir la proclamación novedosa del acontecimiento pascual y un llamado a vivir los compromisos con Cristo resucitado.
Quien vivió la celebración de la víspera en la Vigilia Pascual, puede o no asistir a esta Misa dominical del día siguiente. Con asistir a la Misa solemne de Pascua se cumple el precepto dominical.
 Cincuenta días de celebración pascual
Autores muy antiguos, como Tertuliano y Orígenes, que vivieron entre el segundo y tercer siglo de nuestra era, nos hablan de esta celebración de la Pascua prolongada por cincuenta días. Desde los primeros siglos, este tiempo se ha considerado propicio para la celebración de nuevos Bautismos.
Es indudable que la Iglesia nace con la Pascua de Cristo, pero es a los cincuenta días cuando el Espíritu Santo se derrama en el corazón de aquella Iglesia naciente, para darle luz y energía en su caminar. Durante ese tiempo, los apóstoles debieron estar haciéndose a la idea de una nueva presencia de Cristo entre ellos, estaban preparándose a la recepción del Espíritu Santo, que les daría un nuevo estilo de vida. A través de sus apariciones, Jesús les enseña a comprender los nuevos signos de su acción en el mundo.
También para nosotros, este tiempo pascual debe servir para profundizar la fe y los signos de la fe. Los domingos de este tiempo se llaman "Domingos de Pascua", durante los cuales las lecturas de las Misas nos recuerdan cómo aquella Iglesia aún temerosa iba comprendiendo que efectivamente Cristo había resucitado y se quedaría con ella para siempre.
Durante este tiempo no hay lecturas del Antiguo Testamento -excepto los salmos-, la primera lectura se hace del libro de los Hechos de los Apóstoles, que narra la vida de la Iglesia de los primeros años. Las celebraciones tienen un carácter más festivo que el resto del año. Desde el siglo IV, está insertado en este tiempo la celebración de la Ascensión del Señor al cielo, una semana antes de la fiesta de Pentecostés, siguiendo las narraciones de San Lucas, tanto en su Evangelio como en el libro de los Hechos de los Apóstoles.
La Pascua. ( definición ).
Todo acontecimiento importante es conveniente que sea recordado. El pueblo de Israel alimentó su fe en el Señor, recordando las maravillas que Él realizó con sus padres. Ahora los cristianos recordamos la obra más maravillosa que Dios Padre ha hecho en su Hijo, por medio del Espíritu Santo: LA RESURRECCIÓN DE JESÚS, contenido fundamental y fundamento de nuestra fe.
La Resurrección de Jesús es un acontecimiento absolutamente único y trascendente, sin embargo se inserta en nuestra historia humana y la afecta a través de un conjunto de sucesos históricamente comprobables que fueron manifestaciones del Resucitado y por tanto de la Resurrección.
 A diferencia de cualquier acontecimiento humano, el acontecimiento salvífico se hace presente, porque tiene como finalidad la salvación de los hombres de todos los tiempos. La Resurrección de Jesús, es lo que los cristianos celebramos en la Pascua, centro de todo el Año Litúrgico.
 Pascua judía
  Para comprender mejor la Pascua que celebramos los cristianos, conviene recordar brevemente la Pascua Judía: el libro del Éxodo narra las penurias que el pueblo de Israel pasaba como esclavo en Egipto y cómo Dios llama a Moisés para que lo libere, prometiéndole una tierra próspera y fértil que Él les daría en propiedad si los israelitas se deciden a dejar la seguridad y esclavitud de Egipto. Después de muchos problemas, los hebreos emprenden el camino por el desierto hacia la "tierra prometida".
Los judíos celebran solemnemente, cada año la Pascua, recordando el acontecimiento histórico de su liberación de la esclavitud y los acontecimientos portentosos que el Señor realizó para liberarlos. La palabra "pascua", significa "paso":
·                 El paso del Señor por Egipto, sacrificando a los primogénitos egipcios y "respetando" las casas de los israelitas que estaban marcadas con la "sangre del cordero", que habían sacrificado por instrucciones de Moisés.
·                 El paso del pueblo, de la esclavitud de Egipto a la libertad del camino hacia la tierra prometida.
·                 El paso del pueblo por el Mar Rojo, que Dios había abierto para que escaparan de los Egipcios que los perseguían y que Dios cierra para ahogar ahí a los soldados y al faraón.
La Pascua que vivió aquel pueblo, anuncia la Pascua definitiva que vivirá Jesús para liberar al hombre de la esclavitud del pecado.
 Pascua de Cristo
Los Evangelios nos hablan de la Pascua de Cristo y presentan dos puntos de vista distintos, que se complementan: San Juan nos dice que la Pascua de Cristo coincide con su muerte en la Cruz, para él, Jesús sustituye la inmolación del cordero con su propia inmolación en la Cruz. Los otros tres evangelistas nos presentan la Última Cena como la Pascua celebrada por Cristo, en la que sustituye la cena pascual por la Cena Eucarística.
Para San Juan la Pascua de Cristo es su paso de este mundo al Padre, por eso presenta a Jesús como el "Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo" (Jn 1,29). Une la muerte de Cristo con su glorificación: la Pascua es muerte que lleva a la Resurrección. La hora de la crucifixión es llamada "su hora" (cf. Jn 12, 23-33).
Los otros evangelistas, por su parte, insisten describiéndola detalladamente, que Cristo celebró la Pascua con la institución de la Eucaristía (Cf. Lc 22, 8.15; Mc 14, 12-16). Hablan de la muerte de Cristo en función de la "remisión de los pecados" (cf. Mt 26,28; Mc 14,24; Lc 22,20). Y hablan también de una muerte que realiza una Nueva Alianza .
La Pascua de Cristo consiste, por tanto en su inmolación al Padre, que Juan contempla en su momento real y en la institución de la Eucaristía, que los evangelios sinópticos contemplan en su momento sacramental, éstos insisten en el signo, aquél en la realidad significada.
En Cristo encontramos el "Cordero Inmolado"; el Paso de Dios entre los hombres; la Humanidad liberada de la esclavitud del pecado para pasar a la Patria prometida, la Nueva Alianza fundada en el amor.
La pascua de la iglesia
La predicación de los Apóstoles se centra en el acontecimiento pascual. Desde tiempos apostólicos se habla de la Pascua Cristiana, -de la Iglesia de Cristo-, que celebraban en lugar de la Pascua Judía. (cf. 1Cor 5, 7.8; 1Pe 2,16). Por la Resurrección de Cristo, los cristianos son capaces de pasar de las tinieblas del pecado a la luz de la gracia, (Cf. 1Pe 2,9).
Los primeros cristianos se reunían a "partir del pan" diariamente (cf. Hch 2, 42-46; 5,42). El misterio pascual para ellos, es vida de todos los días y no simple recuerdo. En un segundo tiempo encontramos la celebración dominical (cf. 1 Cor 16, 1.2; Ap 1,10; Hch 20, 7-12). Hay muchos documentos antiguos además, que presentan cómo los cristianos se reunían el domingo -día de la Resurrección del Señor- a celebrar la Eucaristía, en contraposición a la celebración judía del sábado.
Una tercera etapa sería cuando se comenzó a celebrar la Pascua anual. A partir del año 135, primero en Jerusalén y luego en Alejandría, se celebraba el domingo siguiente al 14 de Nisán, (día en que los judíos celebraban su Pascua). Hasta durante todo el siglo III, la Pascua fue la única festividad anual de los cristianos. En ella condensaban y revivían la historia de la salvación que va desde la creación hasta la parusía. Era la fiesta de Cristo, del "Cristo de ayer, de hoy y de siempre" (Hb 13,8).
Poco a poco esta fiesta se va desarrollando y estructurando. De una vigilia pascual precedida por unos días de ayuno, se llega progresivamente al triduo pascual del viernes, sábado y domingo; días dedicados respectivamente al recuerdo de Cristo muerto, sepultado y resucitado. Ese tiempo de ayuno fue alargándose hasta constituirse la Cuaresma. Con esto se estableció un período preparatorio de penitencia y oración con duración de 40 días. Esta estructura la encontramos a partir del siglo IV. En tiempo de pascua los ornamentos del altar y la vestidura del sacerdote son color blanco.
 Significados antiguos de la Pascua
A lo largo de la historia de la Iglesia ha habido progresivas reflexiones teológicas a cerca del significado de la Pascua. Se puede resumir el pensamiento de los primeros Padres de la Iglesia en tres posiciones diferentes y complementarias al mismo tiempo:
·                 Primero se daba a la Pascua el significado de Pasión, por lo que las primeras celebraciones fueron el 14 de Nisán, día de la muerte del Señor. La Resurrección es vista como una prolongación de la Pasión, como una consecuencia de la muerte victoriosa de Cristo. Se pensó que la Palabra Pascua viniese del verbo griego paschein, que significa "padecer". Era la época de las grandes persecuciones, cuando se consideraba la pasión como causa de nuestra resurrección.
·                 La segunda reflexión fue presentada por Orígenes, que habla de que la Pascua no se coloca en el pasado, sino en el presente, este padre dice: "El cristiano que celebra su Pascua, es uno que pasa continuamente con el pensamiento, con la palabra y la acción de las cosas de esta vida a Dios y se apresura hacia su ciudad". Para él la Pascua es paso y ascensión. Coincide también esta etapa en la verdadera significación de la palabra Pascua, hecha por San Jerónimo, buen conocedor del idioma de los judíos: Pascua en hebreo se dice Phase y quiere decir "paso".
  La tercera reflexión es de San Agustín, que hace una síntesis de las dos corrientes anteriores. Parte del texto de Juan 13, 1; en el que Jesús habla de su paso de este mundo al Padre, concluyendo que Cristo realiza este "paso" a través de la pasión: "Cristo pasa de la muerte a la vida y nos abre así el camino a nosotros que creemos en la resurrección para que pasemos también nosotros de la muerte a la vida". Para San Agustín, la Pascua es. Un Paso y fruto de la Pasión.

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